En mi visita al cementerio central de Tacna , entre uno de los tantos pabellones nombrados cuales santos se encontraba Arturo un pequeño niño que jugaba con un balde que solo usando su imaginación lograba remplazar un carro de juguete , con ruedas que ni él podría alcanzar, de color gris como el cielo que acompañaba la fría tarde , demasiado fría para el polo casi roto , el pantalón que salía de una pelea de fieras y las machas sandalias que conocen el paso de este niño así como las huellas de su lúgubre infancia. A sus 13 años es uno de los más eficientes en su trabajo, dice él, pero esto le ha generado conflictos con otros pequeños quienes también se ganan la vida de la misma manera. Cuenta que un día cerca a su segundo hogar “el cementerio” lo esperaba un grupo de 6 niños que atizaban puños mientras lo miraban fijamente como cuando los toros van por su objetivo con los cuernos bien puestos y el coraje que les sale hasta del olfato - Arturo hace un gesto con la cara y sonrí
De pronto me encuentro en este pasillo con algunos otros convalecientes casi listos para entrar a sala de operaciones, entre ellos aquel niño , a quien rasuraron sus ensortijados cabellos para pasar al siguiente procedimiento del que no daban muchas esperanzas, y así como él...hay muchos. Cada persona tiene algo en común:un quiste , tumor , quizá células neoplásicas provenientes del mismo. Había salido de clases me dirigía en compañía de mi amiga a mi primera ecografía tiroidea. Hasta hace unos meses el dr. me había indicado esto entre otros análisis debido al deterioro de mis defensas y al intenso sueño que venia experimentando al punto de parecer dopada gracias ha alguna benzodiacepina.Ya era mi turno, me dirijo ha aquella habitación... mis piernas flaquean y el miedo a lo impredecible comienza a tomar pocesión de mi cuerpo.Me untan un gel alrededor del cuello que parece penetrar hasta mi alma , se sentía frio, como la noticia que venia continuación... 6mm x 3mm , situad